El miedo a las grasas ha sido perpetuado injustamente durante años por la mayoría de los profesionales sanitarios.
Tanto el grupo alimentario de la leche y sus derivados, como los huevos han sido sometidos en muchas ocasiones a injustas acusaciones que hasta el día de hoy hemos ido desmintiendo. Sin embargo, todavía hay bulos y conceptos confusos que continúan circulando entre la población y por ello, nos detendremos a analizar algunos de ellos para poder tomar decisiones alimentarias de forma más crítica.
Con el objetivo de tener un conocimiento más global sobre el pescado, el marisco y la carne, hoy abordaremos dudas que frecuentemente surgen a la hora de consumir estos grupos alimentarios.
Para terminar este apartado dedicado a los dos grupos de alimentos que más hidratos de carbono aportan, nos centraremos en revisar qué otras ideas pueden estar generando confusión en cuanto a su consumo.
Continuando con la estructura iniciada ayer, hoy ahondaremos en ciertos planteamientos erróneos que pueden estar afectando negativamente a nuestro consumo de este grupo de alimentos tan interesante.
A estas alturas ya sabemos bien que la información sobre nutrición que recibimos desde los diferentes canales de comunicación no siempre es lo rigurosa que debería ser científicamente. Esto, como no podía ser de otra manera, afecta a nuestras decisiones alimentarias y nos puede llevar a rechazar alimentos saludables o sobredimensionar las propiedades de otros.
Llegando al final del programa podemos asumir que ya tenemos ciertos conocimientos sobre lo que es y lo que no es una alimentación saludable. Sin embargo, nuestra sociedad y su increíble capacidad de comunicación a través de los medios digitales nos pone ante un nuevo reto: hacer frente a la ingente cantidad de información que recibimos sobre nutrición.
Grasas y aceites son ingredientes transversales en la mayoría de recetas que elaboramos, por ello es muy importante que conozcamos cómo deben utilizarse y conservarse para ser el complemento saludable que complete nuestra dieta.
Llegados a este punto debemos conocer también cómo afectan las transformaciones culinarias a ambos tipos de alimentos, aunque hoy en día en el caso de la leche y sus derivados la industria nos ofrece los productos preparados directamente para su consumo.
Las adecuadas técnicas de conservación, manipulación y cocinado se vuelven indispensables ante este grupo de alimentos. Los pescados, las carnes y los mariscos son productos con un alto riesgo microbiológico, por lo que realizar una adecuada preparación de estos alimentos ayudará a mantener el máximo tiempo posible la calidad del alimento y prevenir el riesgo de toxiinfecciones alimentarias.