A continuación hablaremos de la resistencia cardiovascular, qué es y cómo podemos entrenarla.

La resistencia cardiovascular es la capacidad de mantener una frecuencia cardíaca y respiratoria aumentada durante un tiempo prolongado. En el proceso, el sistema circulatorio y el respiratorio deben suministrar energía a los músculos activos para lograr así mantener la actividad física de manera sostenida.

Si trabajamos la resistencia cardiovascular, los pulmones y el corazón usarán mejor el oxígeno. Esto nos permitirá hacer ejercicio durante periodos de tiempo más largos sin cansarnos. Además, con un entrenamiento regular, la mayoría de nosotros podemos aumentar nuestra resistencia cardiorrespiratoria.

Por normal general, los ejercicios que conllevan la activación de manera prolongada en el tiempo, de los grandes grupos musculares, son los que nos ayudarán a mejorar nuestra resistencia, por ejemplo:

Andar rápido, trotar o correr: dependiendo de nuestro nivel de entrenamiento, y nuestro nivel de resistencia cardiovascular, podremos entrenar cualquiera de las tres modalidades e ir aumentando paulatinamente el tiempo y la velocidad.

Saltar a la comba: es un muy buen ejercicio, requiere mucha capacidad de resistencia y cualquiera puede realizarlo, con un poco de práctica, se pueden notar mejoras muy evidentes.

Montar en bici: para que montar en bici sea un buen ejercicio cardiovascular, deberemos aumentar la velocidad o la exigencia de nuestras rutas.

Nadar: dado que la natación activa la mayoría de grupos musculares, es un ejercicio idóneo para aumentar nuestra resistencia cardiovascular.

Bailar: aunque parezca mentira, cuando bailamos a un ritmo alto durante un tiempo prolongado, estamos aumentando nuestra resistencia cardiovascular a parte de divertirnos.

 

La resistencia cardiovascular es muy importante. Su estado óptimo permitirá que las tareas cotidianas nos requieran menos esfuerzo.

Amanda Solera Tejero

Técnico deportivo

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