En este punto explicamos un tip que ayuda muchísimo a conseguir mejoras musculares pero que es muy difícil de comprender.

Esto no servirá cuando ya llevemos un tiempo entrenando y tengamos controlados nuestros movimientos.

Hay que intentar entrenar la conexión mente músculo, pero claro, ¿cómo lo conseguimos?

Lo primero es detectar qué estímulos activan nuestras fibras musculares, es más, detectar qué estímulos activan que fibras.

 Hemos hablado anteriormente de que es importante ponerse objetivos para poder cumplir con nuestras premisas de entrenamiento. Pero si nuestra razón principal para hacer deporte es mejorar la calidad de nuestros músculos, deberemos intentar no poner marcas físicas sino marcas mentales.

Nos referimos a esto con que es mejor entrenar intentando que el mismo estímulo cada vez genere menos adaptación en nuestras fibras musculares lo que es lo mismo, que hacer lo mismo cada vez nos parezca más fácil, y no entrenar intentando que nuestras marcas crezcan sin que nuestro músculo se haya adaptado.

Este es un paso importante a la hora de entrenar, pero no es tan fácil de conseguir, tienes que tener muy dominados los ejercicios para llegar a sentir lo que están generando en tu músculo.

¡No desesperes y conecta con tu cuerpo!

Vamos a intentar que aprendas a identificar las sensaciones que tienes a la hora de entrenar.

 Si alguna vez has tenido estos sentimientos te vamos a decir por qué y si indican algo positivo o negativo.

Fatiga local

Estás entrenando y cuando vas llegando al final de tus series sientes que el músculo empieza estar congestionado, no es dolor pero es molestia. Si esta molestia no la tenías antes de empezar y la empiezas a sentir al final, todo está bien, estás consiguiendo estimular tus fibras musculares.

Dolor

Si lo que sientes es algo punzante que desgarra y que te impide el movimiento y sobretodo lo más importante es algo que sientes en frío antes de entrenar o que sientes al principio de hacer tus sesiones pero no por sobrecarga sino porque está ahí, ¡PARA! Cerciórate de que todo está bien, consultalo con un profesional, reposa unos días y continúa con tu entrenamiento pero de forma tranquila.

Me lo pide el cuerpo

Este sentimiento está claro que es positivo. Tu cuerpo está consiguiendo adaptarse a su nuevo ritmo de vida y le gusta.

No tengo ganas

Si sientes que no tienes ganas de entrenar, no te agobies. Quizá tengas que intentar probar otro tipo de deporte, u otro tipo de entrenamiento. Pero si esta sensación es algo puntual, probablemente tu cuerpo te está indicando que hoy necesitas descansar. Tomate tu tiempo y continúa mañana.

Cada vez mejor

Este es otro de los sentimientos que nos deja claro que lo estamos haciendo bien, que estamos tomando los descansos adecuados y que nuestro entrenamiento está progresando de manera positiva así que ¡sigue así!

Cada vez peor

Si te sientes cansado, o sientes que tu rendimiento baja cuanto más entrenas, puede que ese sea el problema, que estés entrenando demasiado y que no te estés dando los descansos que tu cuerpo necesita para recuperarse. Por lo tanto tu nivel de fatiga muscular es alto y jamás cesa. Prueba a darte un buen descanso y a empezar de nuevo pero esta vez intentando entrenar un poquito menos ¡a ver qué tal!

Para terminar recuerda que no siempre vas a tener las mismas sensaciones. Las sensaciones positivas son muy agradables, pero las negativas son comunes a todos los deportistas.

No siempre tenemos la misma energía ni las mismas ganas, así que no te preocupes y si lo necesitas, consulta con un profesional del deporte para que te asesore. ¡El deporte es salud!

Amanda Solera Tejero

Técnico deportivo

#villaverdeescomolaentrenas