En primer lugar, quiero darte la enhorabuena. Quizás te sorprenda, pero llegando hasta aquí has demostrado algo muy valioso: que te importa tu alimentación y que valoras tu salud. Tu interés es el elemento indispensable que inicia tu camino hacia una alimentación más saludable y respetuosa contigo mismo. Por eso, insisto: enhorabuena y bienvenido.

Aclarando conceptos: ¿de qué vamos a hablar?

Alimentación, nutrientes, dieta, hábitos, metabolismo… Son palabras que todos escuchamos a diario, pero ¿sabemos realmente lo que significan?

La alimentación es un fenómeno voluntario e incluye todos los procesos de selección, preparación y presentación de un alimento hasta que este finalmente es ingerido por cada persona.

La nutrición, en cambio, se trata de un proceso automático e involuntario. Está vinculada estrechamente con la alimentación ya que abarca una serie de fenómenos que se inician una vez que el alimento ha sido ingerido. Por tanto, esta fase incluiría distintas etapas o procesos fisiológicos y bioquímicos como la digestión del alimento, la absorción y el transporte de nutrientes, su transformación o metabolización, su utilización por parte del organismo y finalmente, la eliminación de los residuos no aprovechables. Pero, ¿qué función concreta tiene la nutrición? La respuesta es sencilla: aportar los nutrientes o elementos necesarios para mantener las funciones vitales. Estos nutrientes, a su vez, se encargarán principalmente de dotar de energía al organismo (carbohidratos y grasas), formar y mantener sus estructuras (proteínas), y regular cada uno de los procesos que suceden en su interior (vitaminas y minerales). Esto no quiere decir que cada nutriente realice una única función, sino que los anteriormente nombrados son los que en mayor medida se encargan de llevarla a cabo. Bastante más complejo de lo que parecía en un principio, ¿verdad?

Siguiendo el esquema podemos observar la variedad de componentes que poseen nuestros alimentos. Todos los considerados nutrientes participan en diferentes procesos esenciales en nuestro organismo y por eso, es necesario ingerirlos a través de la dieta en cantidades que varían según la edad, el sexo, el nivel de actividad física, la composición corporal, el estado fisiológico, etc. Por lo tanto, estos requerimientos nutricionales son completamente individuales, al igual que lo son los requerimientos de energía. El organismo es capaz de obtener dicha energía oxidando los macronutrientes y esta es utilizada para mantener las funciones vitales, para digerir y transformar los alimentos, y para poder movernos y poder realizar actividad física.

Nutrientes o alimentos: ¿en qué me fijo?

Como ya sabemos, los alimentos son sustancias de naturaleza compleja que están destinadas a ser ingeridas por los seres humanos. En sucesivas lecciones aprenderemos que ningún alimento es completo per se, es decir, ningún alimento contiene todos los nutrientes necesarios; pero esto tampoco nos puede llevar al error de considerar que cada alimento es sólo fuente de un único nutriente. De forma paralela, podemos decir que no es correcto valorar la calidad de un alimento sólo por la presencia de cierto tipo de componente, sino que debemos juzgar su calidad nutricional en conjunto.

Por eso, volviendo a la pregunta que nos hacíamos hace un momento, la respuesta es que no podemos dejar de lado ni lo uno ni lo otro: nutrientes y alimentos son igualmente importantes a la hora de establecer una pauta dietética saludable. Una herramienta sencilla para conocer la composición de los alimentos es comprobar su etiquetado donde se incluyen en un listado sus ingredientes ordenados de mayor a menor contenido en el producto y, por otro lado, su composición nutricional desglosada por cada 100 gramos de alimento.

En resumen, se puede afirmar que, aunque hay muchas formas de alimentarse, sólo hay una forma de nutrirse. Y relacionado con esto, llegamos, por fin, a la maltratada palabra dieta. Aunque culturalmente haya quedado asociada con patrones alimentarios restrictivos, el vocablo original del que procede es el griego “díaita” o “dayta” el cual designaba al estilo de vida en general, es decir, al conjunto de hábitos que tenía una persona. Sin embargo, en la actualidad desde las ciencias de la alimentación la definen como el conjunto de alimentos que conforma los hábitos alimentarios de una persona.

Por lo tanto, ¿qué se considera una dieta saludable?

Con toda esta información, no es difícil llegar a la conclusión de que la dieta debe ser variada y completa para poder aportar todos los nutrientes necesarios, suficiente para cubrir las necesidades nutricionales y energéticas específicas y, por supuesto, adaptada y personalizada ya que cada contexto social y situación individual son diferentes. No hay alimentos imprescindibles porque los nutrientes pueden provenir de muy distintas fuentes alimentarias y, por lo tanto, las raciones recomendadas de cada alimento dependerán finalmente del conjunto de nuestra dieta y de nuestras necesidades particulares. De forma general, para guiarnos en nuestra búsqueda de una dieta saludable a partir de ahora seguiremos este sencillo esquema que representa las proporciones de un plato (vacío por el momento) y que iremos rellenando a lo largo de todo el programa con los distintos grupos de alimentos.

 

Marta Pascual Laguna

Dietista-nutricionista (Col. MAD00474)